Notas para Literaturas Posautónomas III

31 Jul

En algunas escrituras latinoamericanas de los años 2000 trato de ver modos de imaginar y narrar que son modos de pensar y de leer, y por lo tanto formas posibles de agitación cultural.

En la literatura busco  palabras, imágenes y movimientos; instrumentos conceptuales para pensar, y también para  imaginar y producir afecciones; procedimientos ambivalentes para fabricar realidad y para darla vuelta. El instrumento conceptual (imaginario y afectivo) podría ser  el instrumento crítico.

Después de escribir Una especulación tengo más o menos  claro cómo es pensar  o imaginar en fusión y en sincro. Y no solo en la literatura.

En fusión

La caída del mundo bipolar produce fusiones de opuestos y  desdiferenciación entre los polos anteriores. Imaginar/pensar/sentir en fusión con palabras como intimopúblico, realidadficción, adentroafuera y abstractoconcreto.

En el caso de la realidad y la ficción (una oposición  antes bipolar)  podría imaginarse la fusión de este modo: un polo se come al otro, la ficción se come la realidad. En realidad  la  ficción cambia de estatuto porque abarca la realidad hasta confundirse con ella. Es posible  que  el desarrollo de las tecnologías de la imagen y de los medios de reproducción haya liberado una forma de imaginario donde  la ficción se confunde con la realidad (lo desarrolla Beatriz Jaguaribe en O choque do real. Estética, mídia e cultura. Río de Janeiro, Editora Rocco, 2007: 119).  El resultado es la realidadficción, que no es una materia hecha de las dos, no es una mezcla, un mestizaje, un híbrido  o una combinación, sino una fusión donde cada término   es, de un modo inmediato, el otro: la realidad ficción y la ficción realidad.

En sincro

Es otro modo-procedimiento de imaginar y pensar   que aparece en la literatura y  por todas partes: lo sucesivo se yuxtapone y el pasado está en el presente.    Cada idea, cada imagen, cada momento, cada territorio, contiene su historia y su pasado. En el trabajo de  hoy están todas las formas-trabajo de la historia; en la familia todas las formas-familia; en la literatura la historia de la literatura.

Para imaginar un territorio  en sincro veamos dos ejemplos televisivos de la década del 2000, uno argentino y el otro norteamericano. La isla urbana de Okupas y la isla marítima, tropical, de Lost. La isla es un artefacto conceptual o  un instrumento critico diferente de la nación.

En sincro: en la isla de Lost están todos sus pasados, desde  los mitos de fundación hasta hoy; los personajes anteriores  y los originarios coexisten en el presente y se relacionan: todos son contemporáneos. La historia de la isla es su presente y su narración. En sincro también se imagina  la casa  vieja o  isla urbana de Okupas, que es otro territorio de los años 2000  que contiene su historia hasta hoy,  y también (con los túneles subterráneos), la historia de la ciudad de Buenos Aires desde la colonia.

Las islas  no solamente contienen en sincro sus pasados; también alojan un tipo de sujetos típicos de los 2000: los adentroafuera. Esa posición de los personajes es lo que despliegan los relatos. Es una posición   que se define territorialmente  (en la isla) y por su condición exterior-interior respecto de alguna esfera o idea: la ciudad, la nación,  la sociedad, el trabajo, la familia, la ley o la razón. Los sujetos de las islas  están al mismo tiempo afuera y adentro de esas divisiones: afuera y atrapados simbólicamente en el interior.

Las  identidades de estos personajes están pluralizadas y multiplicadas para  formar, en la isla,  comunidades (y guerras) de otros   tipos: rubios, okupas, migrantes, gays, freaks, perdidos…Las comunidades de las islas, donde el pasado coexiste con el presente, siguen siendo territoriales pero ahora son provisorias y diaspóricas.

Los sujetos transversales, adentroafuera, plurales, provisorios y diaspóricos de las islas literarias marcan nítidamente la diferencia (y la relación) con los sujetos nacionales, vanguardistas y experimentales, de  las narraciones clásicas del siglo XX latinoamericano. La diferencia con las formas dominantes entre los años 1940 y 1970, que unían experimentación temporal y narrativa, un tipo de ficción como tensión entre realidad histórica y subjetividad-mito, y un tipo de personajes o “sujetos uno”,  encarnaciones (o representantes) de alguna nación, alguna clase, algún pueblo y algún opresor. Esos personajes representaban un tipo de identidad territorial nacional.  La nación, los sujetos uno   y la experimentación van juntas y dan forma a los clásicos del XX: Pedro Páramo, Cien años de soledad, Yo el Supremo. Y no solo las novelas, también los ensayos que querían definir identidades nacionales eran vanguardistas y experimentales en el siglo XX: Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar de Fernando Ortiz de 1940 y  El laberinto de la soledad de Octavio Paz de 1950.)

Los sujetos adentroafuera de Okupas y de Lost, y de muchas escrituras del 2000, postulan una  posición transversal a las divisiones y clasificaciones nacionales y sociales, y parecen borrar la experimentación narrativa. Ahora leer es más fácil, es como ver.

Los sujetos adentroafuera  de las islas de los 2000 se cargan de una politicidad que, como la categoría de ficción, o la de realidad, se encuentra en  un estado de desdiferenciación: en fusión y en ambivalencia.